El blog de nuestros becarios
Los 600 becarios del Programa comparten de primera mano sus experiencias.

Mañana voy a llevar un mes en Albuquerque y todo está yendo a mejor. La spirit week y el homecoming son, sin duda, las mejores cosas que me ha dado USA.

Y entonces, llegas aquí y te das cuenta de que todo en lo que habías estado pensando y planeando durante tanto tiempo, poco a poco se hace real delante de tí.

San Francisco, cheer, nuevas amistades, nuevas experiencias... Han pasado tantas cosas en las últimas dos semanas que me apetecía escribir aquí y contarlo.


Dieciséis días. Solo dieciséis días hasta que cojamos el avión que cambiará nuestra vida, porque como dice la típica frase del estudiante de intercambio: an exchange is not a year in a life, it's a life in a year.


Es muy triste pensarlo, pero esta experiencia está llegando a su fin. Estos días se suceden las despedidas de amigos y compañeros de instituto con cenas y fiestas que tienen tintes agridulces porque ya siento esa nostalgia que voy a tener al recordar las experiencias tan increíbles que he tenido durante estos meses.

Esto me va a hacer llorar. Decir adiós a las personas y al país que me han hecho sentir tan completa e inmensa es el miedo más grande que he tenido durante toda la experiencia.

MAYO de 2019: 1) Oh, coro ¿Cómo expresar todo lo que siento en un par de frases? // 2) Debate awards: ¡Que alguien me pellizque, por favor! // 3) Y también voy a hablar un poquito sobre lo increíble que ha sido el vivir una graduación americana.


Un veintiocho de agosto subí a un tren dejando atrás todo lo que conocía. Y ahora soy la misma, pero también alguien totalmente diferente.

Febrero: segundo mes del año, nuevos principios, cambios, descubrimientos de mí misma, nuevos conocimientos y nuevas aventuras ¿Ya ha pasado febrero? Pellizcadme.

Quiero hablar de una de las mejores decisiones de mi vida. Una decisión que me ha aportado no sólo el poder conocer a gente maravillosa, sino también el poder conocerme mejor a mí misma. Nunca podré agradecer lo suficiente el momento en el que decidí apuntarme al equipo de curling.

Una de las mejores experiencias que he vivido aquí ha sido el coro, por la gente que he conocido y todo lo que he aprendido.

Sigo sintiendo la necessidad de pellizcarme de vez en cuando, sólo para asegurarme de que no estoy soñando. Aún así, y aunque aún a veces no me lo acabe de creer, ya he superado el ecuador de la experiencia. Ya he empezado a gastar la segunda mitad, la muy a menudo descrita como la "buena mitad" (o la mejor en comparación).