ÁNGEL

Ya ha pasado un mes...

Hola a todos. Sin duda, este ha sido el mes más diferente para mí de toda mi vida. Desde el 28 de agosto que despedí a mi familia y amigos en la estación de trenes María Zambrano, pasando por mi segunda vez volando en avión, hasta mi primera vez viendo nevar...

Sinceramente, no puedo decir que haya sido un mes fácil de afrontar, porque no lo ha sido. He tenido momentos malos, de decir "Uf, ¿y yo qué hago aquí? esto no se parece a lo que me esperaba..." pero siempre me he acordado de aquellas personas que han estado ahí para mí: tanto mi familia, como mis amigos, profesores, los monitores de Red Leaf... y es que pensar en estas personas siempre me ha dado fuerzas para decir "Madre mía, ¡que es que estoy en Canadá!" "Qué felices y orgullosos deben de estar por mí".

Ahora bien, igual que ha habido momentos malos, los ha habido muy, muy buenos. He comenzado dos proyectos de voluntariado: uno en una residencia de ancianos, donde les ayudo con el Bingo, y otro en el museo Tyrrell de Paleontología. También, como he dicho al principio, justo después de un mes de haber llegado aquí, ha comenzado a nevar en mi pueblo, ¡y es maravilloso!

La verdad es que no podría estar más agradecido por este mes, pues tanto las buenas como las no tan buenas situaciones me están haciendo ver el mundo de una manera muy diferente; una perspectiva más amplia y madura del mundo que nos rodea y las personas que nos acompañan, tanto desde España, como desde aquí.

Por eso, solo puedo dar las gracias por este primer mes a todas las personas que, como he dicho, siento que deben de estar muy contentas por mí, porque sin ellos jamás hubiera sido capaz de llegar a vivir esta experiencia de la manera en la que ahora la estoy viviendo,

Gracias de todo corazón.


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