IRENE

WINTER WONDERLAND

Quién me iba a haber dicho a mí hace un tiempo que hoy iba a estar escribiendo esto desde Winnipeg, esta ciudad de hielo que muchos en broma (o no tan en broma) llaman "Winterpeg" y que para mí ahora tiene escrita la palabra 'hogar'. A mí nunca me ha gustado mucho el invierno y siempre he pensado que me llevaba bastante mal con el frío, y os voy a contar un secreto, hace un año cruzaba los dedos para que, si conseguía la beca, me tocase en un lugar cálido. ¡No podía haber estado más equivocada! ¿Sabes esa sensación de que estás exactamente dónde deberías estar en este momento? Pues esto me pasa a mí; siento que este, ahora mismo, es mi lugar y es raro, pero me parece como si hubiese llevado un tiempo esperándome.

Vamos con la parte que a mí al principio me daba más miedo, el INVIERNO; cuando hace unos meses investigué sobre este sitio y ví que hacía hasta más frío que en Alaska, casi me caigo de la silla ¿¡Qué es eso de estar a grados negativos durante casi medio año!? Parece horrible, pero desde la experiencia, ahora os puedo decir que no es para tanto. Es increíble lo rápido que te acostumbras a la temperatura, hasta el punto de que ahora miro al informe del tiempo y ver que hace -15ºC me parece un buen día. Hay que admitir que hace frío, pero el truco está en aprovecharse de ello, hacerte amigo del invierno.

Esta experiencia se trata de eso, de quedarte con lo bueno de las cosas. Tengo una teoría y es que, especialmente cuando estás viviendo esto, TODO DEPENDE DE TU ACTITUD, más allá de las circunstancias o el destino de cada uno, cómo afrontes tus problemas va a determinar cuánto disfrutas de la vida. Yo he tenido la suerte de estar viviendo con una familia que adora su clima y no dejan que un solo segundo se les escape. Gracias a ellos, a las excursiones con otros estudiantes internacionales, y a mi interés por probar todo lo posible, no paro de hacer cosas. Creo que estoy exprimiendo este invierno al máximo y he probado ya mil cosas nuevas, esta experiencia está siendo toda una aventura. ¡Y es que en esta época del año se puede seguir haciendo de todo! Desde salir a esquiar alrededor del instituto en la clase de educación física, patinar en un río helado, ir a ver luces navideñas y decorar galletas de gengibre, sentarse alrededor del fuego y hacer s'mores... De las cosas más especiales que me han pasado hasta ahora han sido ver el lago congelarse en una sola noche mientras estaba en la cabaña con mi familia. Y hace poco monté en trineo de caballos, estábamos a -30ºC (¡¡¡una locura!!!), pero fue precioso y sobreviví ;). Y no solo está siendo tiempo de descubrir para mí, porque gracias a esto, mis amigos canadienses también están viendo Winnipeg con otros ojos. Tengo mucho que agradecerles por apuntarse a mis locuras y ser turistas en su propia ciudad conmigo.

Es genial ver cómo todo esto que me rodea poco a poco se ha convertido en lo habitual para mí, ir andando a clase por las mañanas a pesar de que estemos a -25º grados, pasar el lunch con mis amigos riéndonos y pululando por nuestro high school, salir de clase e ir a ensayos o al gimnasio, llegar a casa y ver pelis navideñas con mi familia... Estoy muy agradecida de poder estar aquí viviendo una película en el auténtico “Winter Wonderland” y sobre todo de haberme dado cuenta de lo mucho que me equivocaba cuando pensaba que no me gustaba el frío (y con otras mil cosas que he descubierto aquí). Por todas las veces que me he sorprendido a mí misma.

A veces tenemos una idea en la cabeza y nos la creemos sin parar a replanteárnoslo o darle otra oportunidad, en esos casos necesitas un empujoncito (o un viaje al otro lado del mundo, eso también vale) para darte cuenta de que no hay que dar nada por sentado. Prueba de todo, sé positiv@, saca el máximo provecho de tus circunstancias y no prejuzgues creo que podrían ser de los mejores consejos que se podrían dar, no sólo para los becados, sino para cualquiera.

Ahora si me disculpáis, me voy a ir a hacer un muñeco de nieve :)


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