JULIA
THANKSGIVING IN PENNSYLVANIA
Mis vacaciones de thanksgiving empezaron el miércoles 21 de noviembre, cuando tras un early dismissal, conocí por primera vez a mi hermana estadounidense, ya que estudia en Nashville, Tennessee, y no había vuelto aún a casa desde que estoy aquí. Para conocernos mejor, mi hermana Danesa, ella y yo, fuimos a comer juntas (y a hacer algunas compras, a quién voy a engañar) pasamos una tarde genial, ya que en seguida congeniamos, pero volvimos pronto a casa, ya que al día siguiente tocaba madrugar, era Thanksgiving!
22 de noviembre, THANKSGIVING
Eran las 10:30 y ya estábamos todos preparados en el coche, teníamos la tarea más importante: llevar los dos pavos sanos y salvos a la cena. Íbamos a ir a pasar acción de gracias a las afueras de Philadelphia, un viaje que duraría una hora y media, y el cual pasé mirando por la ventana el paisaje de Pennsylvania al ritmo de música country: campos y granjas que se extendían hasta el horizonte, y de vez en cuando, algún coche de caballos utilizado por los Amish como medio de transporte.
FAMILIA:
Pronto llegamos a casa de una de las hermanas de mi host mom, donde se iba a celebrar la cena, tras conocer a la familia, empezamos a preparar todo: decoramos la mesa con motivos de acción de gracias (hasta la mantequilla tenía forma de pavo), y poco a poco, fueron llegando el resto de familiares y amigos. Todo el mundo me trató como a un miembro más de la familia, en especial los padres de mi host mom, que insistieron en que no les llamara por su nombre de pila, sino por el apodo familiar que usaban sus nietos: Bubby para ella y Zayda para él.
Para mi sorpresa (y alegría), una de mis “tías” había preparado una tabla de quesos, y había queso manchego!! Una vez que todo el mundo había llegado, salimos al jardín (aunque hacía muchísimo frío), a ver como mi host dad realizaba una de las maniobras más importantes de la cena: freír los pavos, y una vez que estos estuvieron listos (sobre las 16), llegó la hora de…
COMIDA:
A modo de buffet, nos servimos la cena. Ya que probablemente sea el único thanksgiving que celebre,y quizá no tenga la oportunidad de probar de nuevo esos platos, decidí probar un poco de todo. A parte del pavo probe: maíz, mashed potatoes con gravy, sweet potatoes, coles de Bruselas, pan de maíz, salsa de arándanos rojos… y mi favorito: el stuffin, que algunas familias utilizan para rellenar el pavo. Lo pase genial en la cena, y al terminar, llegó la hora de una de las “tradiciones” para reposar la comida:
FOOTBALL!
(O fútbol americano), mi familia es fan de los Eagles de Philadelphia, pero eso no impidió que pudiésemos disfrutar del partido entre los Redskins y los Cowboys. Me sorprende que poco a poco voy entendiendo más este deporte (al llegar no sabía apenas lo que era un touchdown) Durante el intermedio entre el segundo y tercer cuarto, llegó la hora de…
...MÁS COMIDA
Asi es, aun había hueco para probar más cosas nuevas, en este caso, los postres. La mayoría estan hechos de calabaza, manzana… y están deliciosos! (Aunque en mi opinión, la tarta de calabaza está sobrevalorada).
Con el estómago lleno a más no poder, volvimos al salón para disfrutar de la segunda mitad del fútbol, tras la cual, llegó la hora de despedirse y volver a casa (nos esperaba un viaje largo y al día siguiente teníamos planeado estar a las 6am en el centro comercial para aprovechar el black friday)
La despedida no fue por mucho tiempo, ya que a principios de diciembre, nos volveremos a reunir para celebrar Hanukkah. Algo que espero con emoción, ya que es una tradición completamente nueva para mi, y que no todo el mundo tiene la oportunidad de vivir.
Ya que es Thanksgiving, me gustaría terminar diciendo lo agradecida que estoy de poder estar viviendo esta increíble experiencia que, con sus buenos y malos momentos, me está cambiando y ayudando a crecer, a madurar y a abrir mi mente.