ANA

RUMBO A ALASKA

Antes de que me asignaran destino, mis amigos y mi familia siempre bromeaban con la posibilidad de que me mandaran a Alaska, pero yo no pensaba que realmente me fuera a tocar (¿por qué iba a considerarlo teniendo en cuenta que mandan sólo a 1 o 2 personas de 600? Tenía un 2%/3% de posibilidades, menos posibilidades de las que tenía de que me dieran la beca!). Sin embargo, aquí estoy, esperando que llegue ya mañana, el día en el que vuelo a Alaska. Al principio no sabía cómo tomármelo. Por una parte no me hacía mucha gracia pasar 10 meses en un estado que ni siquiera aparece en el mapa de becados a no ser que lo alejes un poco jajaja. Pero por otra parte estaba contenta porque, después de mucho esperar, por fin tenía familia. Ahora, después de mucho investigar mi destino, no puedo estar más contenta. Anchorage es una ciudad de 300.000 habitantes. Las temperaturas no son tan bajas como cabría esperar, ya que al estar cerca del mar, el clima mejora, rondando en invierno normalmente de -3° a -11°, llegando a un máximo de -22°. ¡Va a ser una experiencia única, eso desde luego! Lo que más ilusión me hace es poder probar cosas que en España me sería imposible y que igual en algún otro estado podría ser difícil (obviamente depende del estado), por ejemplo esquiar como actividad extraescolar. Además, estoy súper contenta con la familia, les encanta viajar, ir en bici y probar cosas nuevas. Son una pareja con un hijo de 15 años, y por lo que he hablado con ellos parecen muy majos y comprensivos!


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