LIDIA
Miedo
Todo probablemente empieza en el momento que aceptas el reto de vivir esta experiencia. Yo sabía que lo iba a dar todo este año y que haría lo posible por tener el mejor año de mi vida. Y aunque no os lo creáis, cometí el error de pensar en cuando finalmente llegará el final de la experiencia. Construyes una vida en 10 meses y luego la dejas atrás. Una vida que nunca jamás volverás a vivir. Y te entra el pánico. Miedo a decir adiós, a todas esas sensaciones que has vivido y que nunca volverán.
Mi curso acabó pronto, y en la última semana se fueron todos mis amigos, incluido mi novio, quedándome sola. Y me sentí muy miserable. Y tuve esa sensación que tanto había temido que llegara. El dolor y la tristeza de decir adiós. Mis días eran una constante montaña rusa de emociones que no podía controlar. Hace unos días, sin embargo, pensando que me iría a la cama llorando una vez más, me puse a recordar los buenos momentos y memorias de este año. Toda la felicidad compartida, las risas y los amigos y los viajes que hice y lo bien que me lo pasé. Y eso me hizo sentirme la persona más feliz del mundo. Y ahí fue cuando me di cuenta de que de lo que tenemos miedo es siempre del futuro. De lo que va a pasar después o de que no sabemos que va a venir, porque no sabremos como nos sentiremos. El pasado, es algo ya ocurrido, que bien te puso triste o te hizo muy feliz como en mi caso. Desde que llegué a Canadá, la frase "memories never die" se ha convertido en mi máxima. Y eso fue lo que me hizo feliz aquella noche. Todos aquellos momentos que tanto aproveché y cuyo recuerdo no se irá y que me harán feliz cada vez que los piense.
Este año, tanto yo como muchas de las personas que me rodeaban, vivíamos en la incertidumbre del futuro, lo cual al final nos acabó volviendo locos. Ahora que todo se acaba, nos damos cuenta de que es mejor siempre vivir en el presente y no tener miedo al futuro. Las cosas llegan, la vida pasa, las despedidas son inevitables y tener miedo de ellas es sufrir dos veces. Por eso, a todo el mundo: futuro becado, futuro estudiante de intercambio y quien sea que lea esto, te recomiendo que nunca jamás te dejes vencer por este miedo. Disfruta de todo lo que tienes en el momento y que tus metas sean siempre más grandes que tus miedos.
Gracias Canadá, por darme tantas cosas que hacen que decir adiós se me haga tan difícil. Jamás olvidaré todas las nuevas sensaciones que construí aquí, y que por bien o por mal, han contribuido a la nueva persona que soy hoy. Te he llorado muchas veces pero siempre te recordaré con una sonrisa.