LEYLA

Mi año en Iowa, Estados Unidos

Mi año en Estados Unidos ha estado lleno de aventuras, de nuevas experiencias, de personas que me han tratado como una más de la familia, o como una amiga de toda la vida. Este año en Iowa ha sido sorprendente, mucho más de lo que esperaba. Recuerdo cuando llegué y mi familia y yo dimos una vuelta en coche por Edgewood, un pequeño pueblo de Iowa con unos 800 habitantes, rodeado de campos de maíz y en el que pasaría el resto del año.

Lo primero en lo que pensé fue en lo mucho que echaría de menos este lugar y a su gente, pero al mismo tiempo me di cuenta de que esto era real, que no era sólo una fantasía; y que era el momento de disfrutar. A lo largo de mi estancia, cuando mi hermana Kenzie y yo nos sentábamos en el jacuzzi a pensar, tener conversaciones largas y profundas y a contemplar el paisaje, yo le contaba lo mucho que iba a echar de menos los cielos de Iowa, tan despejados y coloridos, y en cuyos atardeceres podíamos ver el horizonte desde la parte trasera de casa. No solo me enamoré de Iowa, también de su gente. Era impresionante como todo el mundo se conocía y eran tan amables conmigo y con el resto de personas.

Mi host family es maravillosa, siempre me trataron como la hija, hermana, cuñada, prima y sobrina que siempre tuvieron. Vivimos muchísimas cosas juntos, desde decorar galletas de jengibre en Navidad, comidas familiares, camping, tirolinas, pesca y viajes, hasta hacer ala delta. Durante las últimas semanas de mi estancia recuerdo que mis hermanas Americanas me preguntaban qué cosas quería hacer antes de irme de los Estados Unidos y yo respondía que no tenía ni idea, porque habíamos hecho tantas cosas que nunca habría imaginado que haría.

Durante estos diez meses, Kenzie, Kaytlan y Kelsey fueron las hermanas que nunca tuve, y Trent fue un cuñado fantástico. Todos me enseñaron muchísimas cosas, y siempre estuvieron ahí para apoyarme, sobre todo Kenzie, la más pequeña y única que seguía viviendo en casa. Kenzie y yo desarrollamos un vínculo tan fuerte que parecía que éramos realmente hermanas, nos peleábamos de vez en cuando pero siempre lo arreglábamos. Lo hacíamos todo juntas y aunque fuera dos años menor que yo, siempre sabía lo que decía y daba muy buenos consejos. Ella me animó a probar muchas cosas nuevas, cosas que nunca creí que me gustarían y a disfrutar del momento. Ella ha sido y sigue siendo una parte muy importante de mi vida.

La primera semana fue intensa, preparando todo para el principio de curso, e intentando acostumbrarme a mi nueva vida en Estados Unidos. Mi experiencia ha sido tan maravillosa que sinceramente ahora mismo no sé ni cómo explicarlo todo. El instituto y las diferentes actividades fueron parte muy importante, me apasionaba ir al instituto, las clases que escogí, los profesores y entrenadores, mis compañeros de clase y amigos, los clubes, los deportes, todo.

Hice amigos muy rápido; ya conocía a algunos compañeros de instituto, como las host sisters de Laura Bueno, también becada de este año. Laura y yo nos hicimos muy buenas amigas desde el primer día, en el aeropuerto de Chicago en el cual pasamos muchas horas juntas porque perdimos un vuelo, se nos canceló otro y se retrasó otro. Dimos muchas vueltas juntas en ese aeropuerto y llegamos a conocernos muy bien, y a pesar de nuestras muchas diferencias, nos hicimos buenísimas amigas y compartimos muchas experiencias juntas, con nuestras familias, en el instituto, etc.

Volviendo al tema del instituto, siento que es casi imposible describir lo genial que fue para mí, me involucré en todas las actividades posibles de alguna forma u otra, si no era jugando, era tomando estadísticas, o haciendo fotos, o bailando en el intermedio, o trabajando en los puestos de comida o simplemente yendo a apoyar a mi equipo. También los clubes me aportaron muchas experiencias como FBLA (Future Business Leaders of America), STEAM (Science, Technology, Engineering, Arts, Math), FFA (Future Farmers of America) o incluso el Club de Arte. FBLA y FFA me dieron la oportunidad de concursar en State Conferences, el las cuales obtuve premios, entre otras muchas actividades para el instituto. STEAM y Art Club me dieron la oportunidad de viajar a Chicago y conocer y aprender muchas cosas sobre arte y ciencias. Mis asignaturas favoritas fueron las de ciencias, Human Biology y Biotechnology, que fueron impartidas por mi profesor favorito, Mr. Millis. En sus clases aprendí muchísimo y me di cuenta de lo que quiero estudiar en el futuro. Tuvimos la oportunidad de hacer muchos experimentos divertidos e interesantes y de hacer viajes educativos que nos ayudaron muchísimo con la experiencia. Mr. Lutgen fue mi profesor de Psicología, Historia y Gobierno, y mi entrenador de Track. Siempre la pasábamos genial en clase y también aprendí muchísimo y tuve la oportunidad de ir a State Track con Laura de alternativas.

Muchas otras clases como cocina con Mrs. Bergan, fotografía con Mrs. Meyer y educación física con Mr. Olind también fueron muy divertidas en interesantes y los profesores siempre fueron geniales. Incluso los profesores que no me dieron ninguna clase pero que fueron súper amables conmigo como Mrs. Lange, Mr. Wright, Mr. Hanna, Mrs. Ehlers o Mr. Wads. También Mrs. Dowell y Mrs. Voss, la orientadora y la directora del instituto respectivamente, y Mrs. Gaul y Mr. King, mis entrenadores de Track.

Los deportes fueron muy importantes durante el curso, primero fueron soccer (al cual jugaba con mi hermana Kenzie) y fútbol americano (cuyos partidos nunca me perdía); después empezó la temporada de baloncesto y baile, en la cual iba a casi todos los partidos, tomaba estadísticas y bailaba con el equipo de baile en el intermedio. Casi todas las tardes teníamos ensayo de baile y nos divertíamos muchísimo intentando montar nuevas coreografías con Ms. Solsma. Me hice muy fan del baloncesto y uno de los momentos más emocionantes para mí fue cuando los chicos hicieron historia y consiguieron ir a State Basketball por primera vez en la historia de nuestro instituto. Después empezó la temporada de Track, nunca creí que me gustaría tanto correr, ir a los entrenamientos todas las tardes, competir y mejorar cada día. Después empezó Softball y empecé a tomar estadísticas para algunos partidos. Siempre me habían gustado ese tipo de deportes y tomar estadísticas para ellos y practicarlos me ha hecho ver que ahora me gustan aún más y aprender muchísimo sobre cómo se juegan.

Durante mi estancia realicé distintos tipos de voluntariado, muchos fueron con clubes del instituto u organizados por el instituto o para el instituto. Otros fueron para la comunidad, con asesoramiento de Elise, una de las personas más amables que jamás he conocido y que hace que crezca en ti el espíritu voluntario. Durante los partidos de baloncesto, hice de voluntaria en los puestos de comida, el dinero recaudado iría a la comunidad y a hacer mejoras en ella, debido a que era organizado por el Booster Club del pueblo. Este voluntariado me hizo aprender a trabajar y a atender a la gente. Fue genial ver a todas las personas que iban a apoyar a sus equipos y me encantó conocer a mucha gente muy amable, no solo de mi pueblo, también a mucha gente de las ciudades y pueblos cercanos que iban a apoyar a sus institutos. Otro voluntariado en el que participé fue también con Elise, al igual que en los puestos de comida; este consistía en organizar documentos y enviar cartas a los negocios locales para la Cámara de Comercio del pueblo. Este voluntariado me ayudó a aprender a trabajar de manera organizada y a ver la cantidad de negocios diferentes que había en un lugar tan pequeño como Edgewood y a darme cuenta de que todos esos negocios son llevados por gente que conozco y que todos ellos están dispuestos a ayudar a la comunidad y a hacer un trabajo excepcional para ayudar a su gente.

Otro tipo de voluntariado que realicé fue en un desayuno de San Valentín organizado por un restaurante local, que recaudaba dinero para reformar las instalaciones de la guardería del pueblo. Allí también aprendí a servir a las personas y conocí a mucha más gente del pueblo que fueron a desayunar por una buena causa.

Una última mención a mi nueva familia y amigos quienes hicieron de mi experiencia una aventura muy divertida, con muchos recuerdos y risas. No podía haber tenido una familia mejor, todos son personas maravillosas y juntos hicimos muchas cosas. Mis segundos padres Cindy y Daron siempre me ayudaron con lo que necesitara y gracias a ellos y a la experiencia en general me he vuelto más independiente y madura, y he aprendido a aprovechar el tiempo y a disfrutar de las aventuras y del tiempo en familia. Mis amigos también fueron muy importantes, nos divertimos mucho durante entrenamientos, ensayos, partidos, viajes y por supuesto en el día a día en el instituto y fuera de él. Sigo en contacto con todos ellos y me he dado cuenta de que he construido relaciones para toda la vida y que cuando decida volver a Iowa, aunque sea de visita, me van a recibir con los brazos abiertos.

Nunca olvidaré éste que ha sido el mejor año de mi vida hasta ahora, durante el cual he aprendido muchísimo, he disfrutado y me he convertido en la persona que soy ahora, más feliz y con ganas de seguir conociendo mundo.

¡Gracias a todos los que hicieron esto posible!


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