PATRICIA

Homesickness? +72

Cuando allá por marzo, en las orientaciones, nos hablaron de que podríamos llegar a sentir morriña, yo no pensé que eso que contaban podría pasarme a mí. Estaba tan emocionada y segura de querer irme a Estados Unidos que me parecia imposible que algo así pudiera pasarme. Pero nadie es infalible. Todos somos humanos.

Estas dos últimas semanas han estado llenas de cambios para mi, tanto en mi vida estadounidense como en la española. Estas dos semanas he vivido en casa de una amiga, ya que mi host family se encontraba en Florida de vacaciones. También en España, estas dos semanas se concentran casi todos los cumpleaños en mi familia, mi padre, mi hermano, mis abuelos, tíos, amigos, etc... También acabo la temporada de Cross Country y me dio mucha pena dejar atrás el equipo que tan bien me había acogido y con el que tanto había 'disfrutado sufriendo'. Digamos que era un tiempo un poco delicado. Pero yo me negaba a aceptarlo. 

Mentiría si dijera que no se me había pasado por la cabeza lo que haría mi familia este año, lo que me estaba perdiendo. Pero lo ignoraba, pensando que si reprimía esos sentimientos, se pasarían y todo volvería a la normalidad. Gran error. Los sentimientos, cuando no los dejas salir con calma, se acumulan y se convierten en olas gigantes de emociones incontroladas, que pueden hacer que pases un mal rato. 

Eso fue justo lo que me pasó. Ese día el instituto volvió a parecerme ese gran castillo que era cuando llegué. Volvía a ser ajena a todo lo que ocurría. La gente, el ruido, las clases...Todo volvió a ser tan diferente como al principio. Sentí que había vuelto al punto de partida. Y empece a echar de menos mi casa. Echar de menos de verdad.

Por suerte, las buenas amistades vuelven a ser mi salvación. Mi amiga Julie estuvo allí para ayudarme. Me hablo de como ella también se ha sentido así al estar tan lejos de Dinamarca.  Ella me dijo una frae que se me ha quedado grabada y que me parece una de las más sabias que he oído en mi vida : "No deberías sentirte culpable por echar de menos a tu familia. Yo creo que si echo de menos a mi familia, significa que les quiero".  A veces una buena amiga es lo único que necesitas para seguir a flote. 

Con esta historia quiero mostrar que nadie es inmune a los sentimientos de nostalgia. Puedes intentar evitarlos, pero muchas veces no lo conseguirás. Puedes intentar reprimirlos pero sólo conseguirás que se hagan más fuertes. El truco es reconocer tus emociones y actuar para que no te limiten, si no que te hagan más fuerte.

 

No voy a dejar que este sentimiento eclipse mi experiencia americana. Es más, esto me ha hecho valorarla muchísimo más y me ha enseñado un poco más sobre mí misma.


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