SAÚL
¡Caos y un Muro de Hielo!
Cuando llegué a Canadá, por fin conocí a la fantástica familia que me había acogido, a sus familiares, amigos…dándome todos ellos la bienvenida a su país con los brazos bien abiertos. Me preguntaban si me gustaba Canadá, a lo que yo les respondía: “Sí, aunque aún llevo poco tiempo aquí, ya me encanta este lugar”.
Mi familia es muy cercana y tienen dos pequeños hijos encantadores. Además, estoy compartiendo familia con un estudiante de otro país, con lo que nos lo pasamos todos juntos de maravilla.
El primer día de instituto fue una bomba de relojería. Aunque cuando entré a la escuela pensé: “Y ahora, ¿qué hago yo aquí?”, estaba lleno de preguntas, incertidumbre y nervios.
Yo me esperaba llegar y hacer amigos en poco tiempo…- ¡por suerte, no fue así! -
Conocer a “NADIE” fue una experiencia caótica y desafiante a la vez. Durante los primeros días apenas hablé e incluso tenía que comer solo; era como si hubiese un fino muro de hielo que me impedía dar el paso para poder entablar conversación. Es entonces cuando descubres que forzarte a ”romper ese fino hielo” es lo que realmente te permitirá lanzarte a lo nuevo y descubrir así gente maravillosa.
Ahora ya no solo como acompañado, sino que además comienzo conversaciones con cualquier compañero que tengo al lado, disfruto hablando de las asignaturas con ellos más que conmigo mismo.