ANE

A fat christmas tree...

Ya ha llegado la Navidad y con ella las cenas familiares, tardes con amigos, polvorones, turrones y muchos regalos. Sin embargo, este año las navidades están siendo diferentes a las que estoy acostumbrada: han pasado de estar a 10 grados como mínimo, a estar a -5 grados y con precipitaciones de nieve, mucha nieve. El árbol artificial de mi pasada navidad, ha pasado a ser un gran árbol natural lleno de decoraciones. Los polvorones y turrones se han transformado en galletas caseras echas por mi hostgrandma. Los stocking se han llenado hasta tal punto de casi explotar. El árbol está rodeado de montañas de regalos de todos los tamaños, y de parte, no sólo de santa, sino de mis hostparents, sisters, bother y grandmothers. Eso sí, mentiría si dijese que no echo de menos a mi aita, a mi ama, a mi hermana... A mi familia en general, y también a mis amigos. Echo de menos mis polvorones, almendrillas y el cremoso chocolate caliente. Ir a Bilbao, ver encenderse las luces de Navidad y comprar los regalos junto a mis mejores amigas. Son momentos que echo de menos y que desearía poder repetir. Sin embargo, estas navidades, tengo la suerte de decir que estoy muy feliz y no tan homesickness como pensaba. El mirar por la ventana, ver todo nevado y cubierto por la nieve, hace que mi Navidad canadiense este siendo mágica. Mi hostsister Cailunn me ha hecho adorar cada Christmas song, y es que gracias a ella llevo escuchando música navideña desde septiembre. La cantidad de películas que he visto estos días, es incalculable. Y los maravillosos abrazos que he recibido de cada uno de mis amigos y relatives canadienses, me ha hecho sentir realmente como en CASA. Por último, os deseo una FELIZ NAVIDAD y unas FELICES FIESTAS.


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