LEYRE

2019. Un año de cambios

A 20 días de acabar el año me doy cuenta del cambio que ha dado mi vida en cuestión de 365 días. 365 días en los que he sido más feliz que nunca. Pero también días de tristeza, melancolía e incertidumbre.Y es que quién me iba a decir que una sola decisión iba a derivar en algo tan grande. Que me iba a dar gente que hoy día considero imprescindibles, que iba a vivir tantas experiencias e iba a ver sitios nuevos y, que me iba a enseñar tanto.

Canadá me ha dado un grupo de amigas y una segunda familia que ha hecho todo lo posible por que me sintiera comoda, se han preocupado por mí, me han sacado una sonrisa en aquellos momentos en los que no me encontraba bien, y a escasos 2 meses de conocernos ya me consideran una más ¡Hasta quieren venir a visitar España para verme! Y no nos olvidemos de mis compañeros de aventura. Ellos han sido uno de los apoyos más grandes e imprescindibles que tengo aquí. Sin ellos, esto no habría sido lo mismo.

Pero es que además, estos 365 días me han enseñado a valorar todo lo que tengo, tanto aquí como a 7600km. A ser resiliente y a no rendirme a la primera.  Porque no todo es felicidad ni fácil. Siempre hay momentos de débilidad donde lo único que quieres hacer es abrazar a alguno de los tuyos,  y piensas por una milésima de segundo: "¿Qué hago aquí?", pero luego piensas en todo lo increible que tienes aquí y se te olvida. Porque me encanta ver la nieve mientras voy a clase, me encanta la clase de fotografía (pasión que no conocía antes de venir aquí), ir de camping, ver cosas nuevas, o simplemente reirme hasta que me duela el estómago con mis amigos. 

Y es que 2019, gracias por haberme dado tanto en estos increíbles 365 días.


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