PABLO

2019

El año pasado ha estado marcado por el mayor reto al que me he enfrentado en mi vida: pasar un año entero fuera de España, viviendo y estudiando en un entorno totalmente nuevo.

Ese reto, que comenzó el 28 de agosto, fue muy difícil al principio. Llegar a una cultura tan distinta y no tener una familia ni un grupo de amigos en el que apoyarte es chocante, y mucho. Pero las cosas pasan, y ahora que veo ese primer mes tan duro con perspectiva, me doy cuenta de lo mucho que ha mejorado mi forma de manejar situaciones nuevas y lo fácil que me sería ahora pasar por una situación así gracias al tiempo que llevo aquí y todo lo que ello ha conllevado.

En estos cuatro meses he encontrado una familia que me ha mostrado la cultura canadiense y filipina, formado un grupo de amigos internacionales que nunca voy a olvidar, descubierto cómo funciona uno de los mejores sistemas educativos del mundo y conocido una parte del planeta que no imaginé podría ser tan impresionante. He aprendido que los canadienses no sólo son acogedores y respetuosos con los estudiantes internacionales, si no que les encanta hacer preguntas y saber sobre nuestra cultura; me siento orgulloso cuando hablo de mi país o les enseño palabras en castellano.

En el instituto he estudiado una de mis mayores pasiones, la fotografía, y he tenido la oportunidad de aprender cosas nuevas sobre ella. En clase de psicología me han enseñado el funcionamiento de la mente humana, siendo de las cosas más interesantes y llamativas que he dado jamás en el instituto. He leído Lord of the Flies, Othello y escrito mil poemas, redacciones y trabajos en clase de inglés. Creo que ha sido aquí donde más ha mejorado mi desempeño en el idioma. Durante el último bloque, en el que decidí escoger Fitness Fun, he jugado dodgeball, four corner soccer, basketball, capture the flag y muchos deportes más, algunos que ni si quiera conocía antes de venir aquí. Me uní al equipo de fútbol de Parkland Secondary y, aunque no nos fue demasiado bien en la temporada, conocí gente y forjé amistades con las que ahora paso gran parte de mi tiempo.

Durante este tiempo he visitado la ciudad de Victoria, Saanich, Sidney, Duncan y, mi lugar favorito, Vancouver. He probado el patinaje y hockey sobre hielo por primera vez; saltado desde trampolines y toboganes de agua; memorizado palabras en Tagalo, Israelí y Ruso; he remado en un lago enorme y he empezado a ir al gimnasio. He aprendido cosas tan pequeñas e importantes como utilizar un teclado americano, pedir en un restaurante sin perderme, coger el transporte público para ir a cualquier sitio o rellenar documentos en inglés. He hecho cosas como lanzarme por tirolinas, columpios gigantes o bailar la macarena con estudiantes españoles y latinos delante de cien personas (sí, sé que suena loco).

En octubre celebré acción de gracias yendo a una fiesta seguida de una cena al estilo filipino. Es decir, con muchísima comida. He ido más veces al cine que en toda mi vida con mi host family y he descubierto comidas típicas de diferentes países gracias a los muchos restaurantes a los que me han llevado. Visitamos una grnaja de cerdos y pusimos las luces de navidad, que fueron muchas, por toda la casa. Hace una semana intercambiamos regalos de navidad después de una gran cena que me ayudó a no echar tanto de menos España durante las fiestas. He compartido momentos con mi host family que sé que nunca voy a olvidar.

Por si fuera poco, me he dado cuenta de lo importante que es el inglés, y no solo para comunicarme con la gente canadiense. El hecho de tener un idioma común rompe cualquier tipo de frontera, y es que he hecho amigos de Alemania, Brasil e Italia con los que he compartido películas, excursiones, recreos y partidos de fútbol.

En conclusión, durante estos 120 días he madurado y aprendido cosas que me han marcado de por vida. He probado cosas nuevas, descubierto lugares y conocido gente increíble. Estoy muy orgulloso de haber superado los momentos complicados a principio de curso y sé que, después de todo, sería capaz de manejar cualquier tipo de situación parecida. Tengo ganas de que pasen estos seis meses para saber qué me deparan. Allá voy, 2020.


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