PAULA

2 MESES

Hoy día 16, hace exactamente 2 mes que pisé suelo americano. Quien me diría, que después de haber leído tantos blogs sobre la experiencia de becados de ediciones anteriores, lo estaría escribiendo yo. Y sí, hace 60 días que deje atrás a una importante parte de mi en España, 60 días desde que tome un interminable pero divertido vuelo y que me di cuenta de que todo esto era real.

Aquel día 16 de agosto, cuando por fin vi a mi familia, tuve la sensación más extraña del mundo. Sales de tu último vuelo, recoges tu maleta y vas viendo a lo lejos un cartel con tu nombre. Sí, son ellos, son las mismas personas con las que he estado hablando durante meses, con las que me he pasado noches soñando y con las que he compartido mis más profundas inquietudes. Hace días nos separaban miles de kilómetros y ahora están ahí; están justo delante de mí con una gran sonrisa deseando abrazarme. De un cierto modo, estas personas me conocen relativamente poco, al igual que yo a ellas pero por alguna extraña razón, sentía como si fuesen mi familia, les tenía un aprecio y cariño sin ni siquiera haberlos conocido antes en persona. Y cuando por fin los abrazas, sientes satisfacción y un gran alivio; ese pellizco que tenías en la barriga ha desaparecido, son reales. Entonces te das cuenta en ese mismo instante de que estás montada en un coche, camino a tu nuevo hogar, en un país totalmente distinto, pero estás sonriendo y feliz. Sin duda, una de las mejores sensaciones de mi vida.

 

Durante la primera semana, el jet lag hizo de las suyas. En el primer finde tuve una fiesta para conocer chicas antes de que al día siguiente llegase al temido y esperado instituto americano. Ese primer día caótico en el que te sientes orgullosa de tí misma simplemente por haber sido capaz de encontrar tu siguiente clase interpretado el lioso mapa del instituto. Para ser sinceros, fue más fácil de lo que esperaba. La gente era muy simpática y curiosa al descubrir que era una estudiante de intercambio, aunque no voy a negar que me pasé la primera semana un poquito sola y aturdida durante las clases. Porque aunque digan que no, llegar tarde al instituto no ayuda: tienes deberes que llevar al día, un ritmo de clase que tienes que recuperar y encima sin dominar el idioma. Pero en fin, creo que esa es una de las razones por las que me presenté a esta beca. Quería madurar y enfrentarme a grandes retos. 

 

Ahora, dos meses después, miro atrás y me río de todo lo que en un principio me asustaba antes de venir. En este tiempo, he hecho cosas que nunca me imaginé: he jugado football americano en powderpuff, un partido de la NFL, y ya he perdido la cuenta de los que he visto de instituto y College. Soy miembro del Club de Francés y aunque jamás me lo imaginaría, estoy en el equipo de Bowling y Cross Country, y aunque no sea tan buena en este último como para competir, ayudo y animo a mi equipo en cada meeting. He visitado Atlanta y Washington e incluso he ido a un concierto. Hago voluntariado con mi maravilloso grupo de The Crown Club, y soy parte del crew de Teatro de mi instituto. He probado todos y cada uno de los restaurantes de comida rápida que he podido y recorrido todos los rincones de mi bonita ciudad con mis amigos.

 

Y todavía me parece increíble que en dos meses me haya acostumbrado. Me he acostumbrado a mi nuevo hogar. Me he acostumbrado a tomar helado cada noche con mi hermano mientras vemos nuestro tv show favorito, a cantar a pleno pulmón en el coche las canciones de Imagine Dragons y bromear en cada momento hasta llorar de la risa con mi Host dad. A las charlas con mi host mom a la que sé que le puedo contar lo que sea. Aunque todo no haya sido un camino de rosas he hecho todo esto en 2 meses! No puedo esperar a descubrir todo lo que me queda por venir!! 


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