UXÍA

1 año después

Hace un año no podía parar de sonreír, aunque también estaba un poco asustada. Estaba llena de miedos y de expectativas (que, a decir verdad, eran muy, muy altas). Nunca hubiese creído que pudiese vivir el famoso "sueño americano" en una pequeña ciudad en el norte de Ontario, yendo a un cole de chicas, a veces llegando a -35 grados, viviendo en las afueras...

Pero resulta que sí.

Resulta que me he enamorado de todo a mi alrededor. Marymount Academy es el mejor instituto que me podría haber tocado, en el que me han dado la oportunidad de cursar asignaturas tan extrañas (y geniales) como Leadership o First Nations, Métis and Inuit literature; de unirme al equipo de animadoras y a clubes como el Culture Club, y de tener el sentimiento de orgullo por mi instituto que se ve en las pelis americanas. El frío se lleva, es parte de la experiencia, y sin él no podría disfrutar de cosas tan bonitas como patinar en un lago helado o la sensación de alivio al llegar a casa después de estar un rato en la calle y ver una serie con mi host mom. Vivir a las afueras puede ser complicado, pero si no fuera por eso no tendría la mejor host family del mundo, con la que paso muchísimo tiempo y es, sin duda, una de las mejores partes de mi experiencia.

Canadá me ha enseñado a valorar lo que tengo y las cosas pequeñas, a ser positiva, a estar sola... Pero hoy, un año después de enterarme de que había conseguido la beca, y de estar llena de miedos y altas expectativas; quiero recalcar que Canadá me ha enseñado que la vida real puede ser mucho mejor que las expectativas más altas si eres abiertx, positivx, y aprovechas todas las oportunidades que se te presenten.


Volver al listado